La lámpara Chiara de Flos presenta una sola lámina de acero inoxidable doblada sobre sí misma como un manto brillante. Este ingenioso diseño de 1969 nació del deseo de Mario Bellini de utilizar la luz tal como se manifiesta en nuestro entorno y paisajes: de forma indirecta, sin exponer la bombilla, a menudo filtrada a través de nubes o reflejada en paredes y superficies.
Bellini en lugar de diseñar una lámpara, creó un dispositivo capaz de capturar la luz artificial y reflejarla en el ambiente con gracia e inteligencia. Su proceso de pensamiento innovador lo llevó a crear un cilindro usando una lámina de cartulina, coronado con una estructura más amplia en forma de sombrero que podía reflejar la fuente de luz alojada en la base.
Este diseño original se llamó 'Chiara', que significa claro en italiano. Bellini justificó el nombre ya que representaba algo claro y lleno de luz. El proyecto de la Lámpara Chiara comenzó inicialmente con una lámina de cartulina simple, que luego se cambió a acero inoxidable. La lámina se cortó para enrollarla en un cilindro, con tres cortes en la base correspondientes a los tres anillos que sostienen la lámpara.
La estructura en forma de sombrero, posicionada a un ángulo de 45 grados, le otorga a la lámpara de pie Chiara un atractivo ligero y carismático. Este elemento de diseño contribuye significativamente a la identidad fuerte e irónica de la lámpara, reminiscente del sombrero de una monja.